¿Cuánto no cuesta como sociedad la delincuencia y la inseguridad? Aproximadamente 1,768 millones de pesos al año. La gran mayoría de estos gastos se aplica en tecnología de protección como la compra de cámaras de vigilancia, pago de sistemas de seguridad o algo más rústico como es la compra y mantenimiento de animales de guarda y protección. El monto de gasto en esta industria roza los mil millones de pesos anuales representando el 55% del total de los gastos en seguridad. Las pérdidas como consecuencia del delito asciende para Yucatán a 724 millones al año, lo que significa un 41% de las erogaciones como consecuencia de la inseguridad. Con esta cifra se estima que el promedio de gasto por persona es de $2,735 al año. Los egresos en la salud como consecuencia de la inseguridad ascienden a 71 millones anuales. No obstante ser los estados con menores índices de prevalencia delictiva, los costos en términos monetarios no deja de ser cuantiosos.
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La tasa de prevalencia delictiva es un indicador que da cuenta del número de personas víctimas de un hecho delictuoso por cada 100,000 habitantes, Yucatán registra 18,438 en la última Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2014 misma que recoge cifras de 2013; el dato es inferior en un 50% del promedio nacional que registró 28,224. Vale señalar que la relación de la incidencia nacional ha oscilado entre un 30% y 70% por encima del estado de Yucatán.
Es importante destacar que las cifras más elevadas en este rubro se han registrado en los dos últimos años, desde que se realiza la encuesta tanto para Yucatán como para el promedio nacional.
Una máxima en publicidad dice que “percepción es realidad” y para el tema que nos ocupa, viene como “anillo al dedo” puesto que cuando hablamos de seguridad/inseguridad la frase es más que evidente. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública recién ha puesto en el escenario los datos correspondientes al 2014, mismos que representan la cuarta publicación de una serie de datos que cuentan entre sus características positivas que son producto de una muestra lo suficientemente robusta para tener representatividad estatal. Para efecto de la presente entrega, analizamos algunas cifras para Yucatán contenidas en el módulo de percepción y encontramos que la inseguridad es el tercer tema de mayor preocupación de los yucatecos con un 38% de menciones después de dos temas evidentemente económicos, como son la inflación y el desempleo (la semana pasada lanzábamos señales de alerta que no obstante las bajas tasas, las condiciones laborales, bajos salarios y la informalidad eran temas de preocupación, bueno no solo eran nuestras las preocupaciones si no de casi la mitad de los yucatecos).
A la pregunta que indagaba sobre los lugares donde se sentía más segura/insegura la población, los sitios cerrados como la escuela, la casa y el trabajo resultan ser los sitios considerados más seguros (llama la atención que la escuela tenga una mayor proporción de seguridad que las casas). En contrapartida en el cajero automático, las calles y la carretera la sensación de inseguridad rozan el 50%; si la mitad de la población no se siente segura en estos sitios y un 38% en el transporte público; no obstante el discurso oficial de ser una de las entidades más segura (que lo somos) hay áreas muy puntuales en el que se debe de trabajar. Esto se refleja en el ánimo de la gente ya que el 27.2% piensa que la situación seguirá igual de mal o empeorará en el Estado y en su colonia la cifra es del 28.3%
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Una vez publicados los datos del desempleo para agosto se puede analizar a nivel entidad federativa el comportamiento de la Tasa de Desocupación y compararlo con respecto al mismo periodo del año anterior; a partir de los resultados obtenidos podemos establecer dos categorías de análisis: los estados ganadores y los estados perdedores. Los primeros serían aquellos que tienen una cifra inferior a la registrada el año pasado; los perdedores serían los que sus Tasas de Desocupación son superiores al periodo anterior.
Fueron 16 las entidades que registran un saldo ganador y que contribuyeron a que el promedio nacional disminuyera en un tercio de punto porcentual; en contraste, la otra mitad de los estados presenta una condición perdedora. A Yucatán la ubicamos como una entidad ganadora, ya que logró disminuir su tasa en .17 puntos porcentuales, ocupando el lugar 12 de las 16 entidades ganadoras. Este hecho le permitió mantenerse como la quinta entidad con la menor Tasa de Desocupación. No obstante lo anterior hay que recodar lo señalado en entregas anteriores del peso específico que tiene la informalidad en el empleo Yucateco.
En esta ocasión analizaremos el comportamiento de la economía yucateca a través del indicador por excelencia del desempeño económico: el Producto Interno Bruto (PIB); los datos presentados abarcan el periodo 2003 -2012.
De los tres sectores con que se divide tradicionalmente a la economía, el sector primario es el registra el comportamiento más errático, con altibajos entre año y año y movimientos bruscos de más de un digito. Este comportamiento puede interpretarse en varios sentidos:
1. El carácter estacional que por naturaleza tienen los cultivos al depender de manera importante de las condiciones climáticas.
2. La volatilidad de los precios de los productos agrícolas y pecuarios
3. Lo errático de las políticas de promoción y fomento agropecuario
Por su parte, el sector secundario, que integra a las diferentes industrias, se destaca como el motor del crecimiento en el periodo de 2003 a 2009, aunque después de 2010 su crecimiento fue inferior al promedio pasando el protagonismo el sector terciario.
Si analizamos la estructura porcentual de los sectores económicos en el periodo en cuestión se observa que ninguno de los tres sectores presenta un cambio importante en su contribución en la economía estatal. Nuestra economía sigue siendo un economía de servicios fundamentada en el comercio, una contribución marginal del campo con apenas el 3% promedio y un sector industrial discreto con un tercio de la economía.