La estabilidad y seguridad en un trabajo educativo
Formas y reformas, la otra cara de la educación: controversial seguridad.
En cualquier ámbito, la estabilidad y seguridad de un trabajador es importante para incrementar la productividad; sin embargo, en el sector educativo, la que parece ser una premisa básica, se convierte en objeto de controversia: por un lado se alega que la tranquilidad que proporciona el saberse basificado disminuye el nivel de stress para el docente, por otra parte se dice que un profesor/ra que consigue insertarse de forma permanente pierde de manera automática los incentivos para esforzarse en gran medida porque no existen mecanismos cuya aplicación sistemática de como resultado la revocación de la plaza obtenida.
Sin duda, el tema de seguridad versus productividad en el ámbito educativo es polémico de por sí, pero para los docentes fue motivo de escozor cuando la reciente reforma educativa rozó la sensible piel de aquellos que se auto percibían intocables y de hecho lo eran. Lejos de sentirse validados y con auspicios de mejoría, los maestros percibieron la propuesta de evaluación como una amenaza a su estabilidad laboral.
Al respecto también en muy conocidos, los mecanismos de asignación de plazas sui generis, en donde el sindicato determinaba quien y como se asignaban las plazas y no el patrón como en cualquier otro ámbito laboral.
En ese contexto, en esta ocasión reflexionamos acerca de ¿Cómo están las condiciones laborales en el sector educativo en Yucatán? Pues, en cuanto a la asignación de plazas Yucatán está por debajo del promedio laboral. El promedio nacional es del 93% mientras que en Yucatán es del 83.6%. La diferencia en contra de Yucatán se registra en todos los niveles, en donde la diferencia es mayor es el nivel preescolar donde el promedio nacional es de 90% y el local de 80.1%, es decir 10 puntos porcentuales de diferencia.

