Formas y reformas: la otra cara de la educación
Concluyó el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial que en el marco de las acciones derivadas de la celebérrima reforma educativa le fue encomendado al INEGI por parte de la Secretaría de Educación; este levantamiento nos permite conocer las condiciones en que se desarrolla el sector educativo a nivel básico. Con las cifras aún frescas comenzaremos a generar indicadores que nos permitan profundizar en esta realidad.
El día de hoy trabajaremos sobre un indicador fundamental: Alumnos por docentes frente a grupo; es decir de cuantos alumnos se encarga un profesor en promedio haciendo de lado la carga de personal administrativo y directivo que conlleva el manejo de un plantel. La importancia de conocer estos datos está en relación a que la calidad de la relación entre un alumno y su profesor está matizada, entre otros factores, por la carga que el mentor tenga en cuanto al número de educandos entre los que deba distribuir su atención y conocimientos. La eficacia de las horas invertidas frente a grupo y los resultados obtenidos están ligados a esta situación.
¿Que nos dicen las cifras? En Yucatán el promedio es de 17 alumnos por profesor cifra inferior al promedio nacional que es de 19; la cifra esta diferenciada dependiendo si el alumno va a una escuela pública o privada. Una de gobierno tendrá un grupo promedio de 18.2 en contraste si fuera a una privada la cifra es de 10.9; lo que significa que un profesor de escuela gubernamental tiene que dedicar 1.6 veces más atención que un docente privado (si el nivel de esfuerzo del docente fuera el mismo podríamos suponer que el alumno de una escuela gubernamental recibirá algo así como un 59% menos de atención que los de escuelas de paga). Esta relación se polariza aún más en el nivel primaria donde la relación es de 1.7 veces.
Ante las expectativas y augurios que se desprenden de la reforma educativa, este ejercicio es digno de tomarse en cuenta, no sólo como un documento cuantitativo que describe una realidad, sino que también la explica. Sin duda lo más deseables de cualquier reforma es que se propicien cambios de fondo que impacten en las formas.

