La generación de empleo de 2012 a 2013
Con motivo del primer informe del Gobierno del Estado hemos sido objeto de una descarga publicitaria muy importante en el que se destacan cifras promisorias de empleo. La información a la que se refiere la propaganda gubernamental seguramente toma como fuente los registros administrativos del IMSS que al mes de noviembre de 2013 cerró con el dato de poco más de 309 mil trabajadores permanentes y eventuales registrados, lo que representa un diferencial de 15,524 personas con respecto al último mes del año 2012. Cifra histórica remarca el spot difusor; y halagadora para quien quiere ligarla a una exitosa política pública de promoción del empleo.
Conviene pues abordar el tema desde diferentes ópticas con la finalidad de enriquecer la reflexión y con una mirada crítica nos toca hacer de “abogados del diablo” y poner sobre la mesa datos complementarios que contextualizan y que por sí mismo ajustan a la baja la euforia gubernamental.
Destacamos primeramente el indicador de desocupación, coloquialmente conocido como tasa de desempleo, es decir el porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) que a pesar de estar buscando empleo no lo encuentra; según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) , esta cifra cerró al tercer trimestre de 2013 en un 3.4%, si bien esta cifra es inferior al promedio nacional no es muy diferente a las tasas que se han venido registrando en los últimos 4 y que son las peores en la última década. Hay que destacar en los años 2000 al 2002 la cifra oscilaba alrededor del 1.5%. ¿Cuál es la implicación de este hecho? Que si bien en términos absolutos el número de personas ocupadas aumentó en un año (2012-2013) en 12,571, también es cierto que al número de 22,273 personas que se encontraban desempleadas en 2012, se le sumaron al siguiente año 11, 471 quedando en la actualidad un total de 33, 745 personas sin poder ocuparse. Lo que significa, que no obstante las cifras millonarias invertidas (también publicitadas) y los esfuerzos realizados, los resultados fueron magros con relación a lo que el mercado laboral demandó.


