Caracterización del delito en Yucatán.
En entregas anteriores nos referimos a la percepción que tienen los yucatecos sobre los niveles de inseguridad en el estado y corroboramos con las cifras revisadas, que el discurso oficial, ha permeado al imaginario colectivo.
En todo caso, ante un contexto nacional convulsionado por la violencia social, nos hemos convertido en una especie de “paraíso” en términos de seguridad y por ese motivo, creemos que fuimos elegidos como la mejor sede para albergar la Conferencia de Comunidades Seguras. Y es en el marco de este evento que se escuchan y leen declaraciones de propios y extraños que van en el mismo sentido.
No obstante una cosa es la percepción y otra cosa son las cifras duras y ponerlas de relieve y fomentar los contrastes, es nuestra tarea, por ello es que a continuación presentamos una caracterización del delito obtenida de datos arrojados por la recién publicada Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2013, subrayando que estos números son estimaciones de lo que declaran los hogares en cuanto a la incidencia, independientemente si estos fueron denunciados o no; está por demás señalar que a estas cifras debemos prestar mayor atención ya que dan cuenta de la magnitud de la incidencia.
En términos porcentuales Yucatán registra que en el 24.8% de los hogares al menos un miembro fue víctima de un delito en 2012, cifra que se encuentra por debajo de la media nacional (32.4%) pero está por encima de 9 estados que tienen una menor incidencia.

Cuando se abunda en algunos aspectos de prevención nos encontramos que el 37.3% de los hogares implementó alguna acción para anticiparse a posible actos delictuosos, esta cifra es casi idéntica al promedio nacional que fue del 37.6%.

Las acciones en las que Yucatán se diferencia significativamente del promedio nacional, tiene que ver con protección a las viviendas, como es el de colocar o cambiar cerraduras y candados y cambiar puertas o ventanas.

Podemos decir entonces que el foco de la atención de los yucatecos está orientado hacia las medidas de protección de las viviendas, lo cual concuerda con la elevada incidencia delictiva en el rubro de robo de casa-habitación.
Lo anterior, es una llamada de atención, un vistazo a la realidad circundante, una manera de clarificar que la percepción declarada, es de alguna manera, el reflejo de la manera en la que asumimos nuestro entorno, que de cualquier manera, sigue siendo por mucho, menos violento que en muchos otros estados. No echemos las campanas al vuelo, que la incidencia de delitos de “alto impacto” sea baja, no excluye que 25 de cada 100 hogares en un año se tuvo que enfrentar de manera cercana al rostro de la delincuencia.
