Indicadores de lectura de periódicos en la ciudad de Mérida
Hace unos días, en la entrega especial de los viernes Pablo Cicero, editor jefe de 8AM, se publicó la “Cartografía imaginaria de los medios de comunicación”. En Decide Market Research decidimos ponerle coordenadas al mapamundi, cual sistema de posicionamiento global (GPS). Para eso utilizamos las especificaciones de latitud y longitud obtenidas a través de una encuesta domiciliaria levantada en el mes de octubre del presente año.
Cicero no se equivoca cuando describe al grupo Megamedia, que no obstante la disminución en su circulación se conserva a la cabeza como potencia comercial, con el todavía influyente Diario de Yucatán y su 39.7% de preferencia, y una lectura que oscila entre el 28 y el 37% dependiendo de día. Al igual que su edición electrónica lidera este tipo de medios con el 12.9% de lectura. Otro medio con el que cuenta el grupo es “La i”, pionero entre los periódicos calificados como populares, que vive con respiración artificial con una lectura que oscila entre .5 y 1.8% ; padece víctima de la pulverización que le provoca “de Peso” y su hermano “Al chile”. Este último con un mayor éxito, con una lectura cercana entre el 3.7 y el 6%, enfocándose principalmente en los segmentos populares.
Del grupo SIPSE se tienen dos periódicos: Milenio y de Peso. El Milenio en su eterno digito y medio no sube ni baja, marginal su presencia; de los pocos que lo leen su fuerte está en los niveles socioeconómicos altos. La cuña que grupo Megamedia metió con “Al chile” parece que surtió efecto, si bien se conserva como el segundo en lectura, ventas y preferencias su cifras son más modestas que hace un par de años. Su fuerte, como ya se diagnosticaba, son las clases populares.
Es claro que el liderazgo del Por Esto! no se encuentra en el área urbana de Mérida. Su fuerza e influencia está más bien en el interior del Estado. Apenas llega a los dos dígitos en lectura y compra, además de una muy baja penetración en su formato electrónico, quizá por lo estático en el que se presenta.
No obstante el esfuerzo mercadológico del diario La Verdad, su lectura no llega ni al 2%, cuando Pablo afirma que “Nadie lee aquí La Verdad. Nadie la compra. Nadie le cree” no le falta razón, sobre todo en el asunto de la compra, en donde no registró cifra alguna.
Sin duda la presencia de La Jornada Maya todavía es muy incipiente, todavía es muy pronto para afirmar algo al respecto, con datos todavía marginales; al menos apareció como un pequeño islote que todavía emerge


