Una incógnita de peso: la reacción de los jóvenes, el fiel de la balanza
La elección del próximo mes de junio se presenta interesante desde diferentes ópticas. Una de ellas es la que se refiere a la composición por edades de los electores. El 28% de los electores tienen menos de 30 años, el 41% tiene entre 30 y 49 años y el 31% restante es de 50 años y más. ¿Qué implicación tiene esto? La gran mayoría del primer grupo tomó conciencia política cuando la alternancia del 2000 ya se había dado, y tendrá por primera ocasión la oportunidad de respaldar o manifestar su rechazo a una administración diferente a aquella con la que crecieron. Los estudios de opinión publica recientes señalan que la mayor parte de quienes componen el grupo de menos de 30 rechazan al actual régimen; aunque también las encuestas que miden la participación electoral dan cuenta de que este es el grupo de edad con menor participación electoral registrada.
Este fenómeno pone un especial sabor a la incógnita sobre la participación de los jóvenes en la elección venidera; ¿acudirán a las urnas a manifestar su malestar?, o ¿se quedaran las redes sociales virtuales como mecanismo de catarsis?. Las respuestas a estas preguntas se verán reflejadas en los resultados de la elección. Nadie debe perder de vista este planteamiento y mucho menos los candidatos.

